Castilla, un resurgimiento material necesario

Por un castellanismo contra la Agenda 2030

"Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo" (T. A. Edison).

viernes, 25 de mayo de 2018

Villalar-83, hacia el resurgimiento castellano

(Hoja Oficial del lunes (Madrid), 18 de abril de 1983, p. 5)


Por Juan Ramiro G. Pinilla (Por el Concejo Comunero de Madrid)



os días 23y 24 de abril, nuevamente celebramos la conmemoración de la derrota de las comunidades castellanas por los imperiales al servicio de Carlos V de Alemania y I de España. En Villalar de los Comuneros (Valladolid) acabaron las libertades ejercidas desde el siglo IX, con limitaciones, según reinados y lugares de influencia de los señoríos, pero con una definida actitud democrática en los concejos, en las comunidades, en las behetrías y en las hermandades.

Han pasado varios años desde las multitudinarias manifestaciones de los años 1976, 1977, etcétera, y llegamos a 1983 con varios hechos consumados:

a) División y fraccionamiento político-administrativo de Castilla.

b) Mínima conciencia de identidad y sentimiento de pertenencia a un mismo pueblo.

c) Nulo o escaso poder político en las autonomías actuales, tanto en los órganos de poder como en
la estructura social (Castilla-León, Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria, Rioja), por sí, en relación 
con el Gobierno de la nación y comparados con otras autonomías.

d) Inexistencia de plataformas o acuerdos unitarios entre los distintos partidos de cada autonomía. Inexistencia de relaciones entre gestores paralelos de cada autonomía.

e) Estrategias autonómicas para y por directrices partidistas centrales de Madrid o por condicionamientos de la periferia.

f) Olvido absoluto de los problemas de los emigrantes castellanos y nuela ayuda a sus iniciativas culturales y sociales.

g) Aparición de partidos y grupos de tipo caciquil en Castilla-León, para quienes el ámbito autonómico es lo de menos, y lo que importa siempre son los intereses de grandes ganaderos o agricultores, poniendo en cuestión, si es necesario, los mismos argumentos democráticos de la derecha.

h) La necesidad de una autocrítica al proceso de transición democrática que exigió la desmembración castellana.

Ante estos hechos podemos afirmar con verdad que existe un pueblo castellano, como dicen los poetas del concejo, pero no existe CASTILLA.

Por eso surgen los nuevos comuneros de Madrid y por eso hacen un llamamiento al diálogo a todo el pueblo castellano y a todos los grupos que luchan con afanes de castellanidad. Promover sentimiento de común identidad, confluir en un común territorio y sellar un pacto integrador hasta el momento en que se constituyan las primeras Cortes de la Castilla autónoma es nuestra y vuestra labor conjunta.

El Concejo Comunero de Madrid valora Villalar-83 como momento de un nuevo renacer hacia la UNIDAD DE CASTILLA, en la seguridad de que el poder castellano necesario, si es, lo será por la confluencia de e integración de la mayoría de las fuerzas culturales y después políticas en encuentros y acciones comunes, pues el actual instante autonómico de Castilla no profundiza la democracia, sino que la debilita y, sobre todo, profundiza la decadencia de Castilla, que no ha cesado de caer desde Villalar de 1521.


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