Castilla, un resurgimiento material necesario

Por un castellanismo contra la Agenda 2030

"Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo" (T. A. Edison).

viernes, 24 de abril de 2020

La Casa de León y Castilla

Por Fernando Blanco

(La Democracia (León), 23 de abril de 1926, p. 1)

Para el catalán hay en la península sólo dos razas: la suya y la castellana. El peninsular que no es catalán, es castellano siempre, aunque sea de Figueira da Foz, lo cual en cierto modo no deja de tener gracia (...) En Cataluña, singularmente en Barcelona, el forastero lo es siempre, por muchos años que leve allí residiendo. Y es aún más que forastero: extraño, extranjero. Y todavía más: podría decirse en casos enemigo. (...) El ambiente nos repele, nos es hostil. Por esto, la creación de sociedad, que bajo el denominador común de castellanismo -que no es igual que anticatalanismo- congregan en una fácil confraternización a los naturales de otras regiones, es aquí una verdadera necesidad. 

Comprendiéndolo así un buen número de vecinos castellanos y leoneses, se han agrupado en una simpática asociación a la que han dado título hogareño "Casa de León Castilla". (...) En el balcón principal, un emblema regional y una bandera española, parecen darnos la sensación de una Embajada o Consulado... de nuestra propia tierra. Y al acercarnos por allí, sentirnos un poco, algo así como si nos aproximásemos a casa.

lunes, 20 de abril de 2020

El castellanismo no se puede prohibir

Pedro Martínez Santamaría

16-11-2019

Quizá España se rompe desde hace 40 años, y es una tragedia. La lengua de Castilla es tan relevante porque se habla fuera de ella, en otros territorios de España o de Iberoamérica. Cabría preguntarse si el desguace de Castilla, desde hace 500, tiene algo que ver. Sin autonomía, Cataluña hará valer sus intereses igualmente (ya lo hizo con otros regímenes, singularmente con el de Franco, de fuerte crecimiento y de intensas emigraciones interiores de las que Castilla salió muy mal parada). En Castilla, cada provincia irá por su lado y envidiará a la provincia vecina o tratará de fastidiarla. Más importante aún que tener autonomía es ser región, que es algo que no se puede prohibir con ningún régimen político ni de ningún tipo, y no cuesta dinero ni duplicidades.

En un escenario sin autonomías, la solución está en la cooperación de las provincias castellanas que evite la ausencia de coordinación del pasado y los resultados trágicos que conocemos de despoblación, de castellanos desarraigados fuera, en otras regiones, etc.

El castellanismo no existiría de haber sido la Castilla germinal mucho mejor tratada. Tratar mejor a Castilla no era pedir mucho ni antes ni ahora.