Castilla, un resurgimiento material necesario

Por un castellanismo contra la Agenda 2030

"Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo" (T. A. Edison).

martes, 26 de febrero de 2019

La fiesta de León y Castilla

(El Día de Palencia, defensor de los intereses de Castilla, nº 12727, 4 de julio de 1930 julio, p. 4)

Por unanimidad se aprobó la siguiente moción de don Santiago Calderón Martínez de Azcoitia:

"A la Comisión Municipal Permanente.- De cuanto se ha hecho para celebrar con actos de persurable y grato recuerdo, algún festejo que incluir en los programas que se vienen haciendo para las Ferias de Palencia, no es aventurado asegurar que la Feria Castellano-Leonesa ha sido la que ha llenado cumplidamente todas las exigencias, y que de ella se conserva la impresión que dejan aquellas cosas que íntimamente nos complacen, debido solamente, todo ello, al apoyo que este excelentísmo Ayuntamiento le prestó y al incondicional y eficaz concurso de la Prensa palentina, alma de aquella
fiesta.

Si ello, todo esto ya es bastante para que el Ayuntamiento de Palencia se sienta satisfecho por haber sido el iniciador de estos festejos -que tanta importancia pueden tener- hemos de reconocer que hay que ver en esas fiestas otra significación de más interés e importancia, y una mayor perduración. La exaltación regionalista que, a no dudarlo, nace y brota con pujanza en estos momentos en que las provincias comunes en sus afectos y en sus aspiraciones, se unan estrechamente y dan a conocer cuanto en ella significa el espíritu tradicional.

Debe, pues, a juicio del concejal que suscribe, intensificarse por todos los medios, ese saludable espíritu de amor a la región, base de todos los amores comúnmente sentidos, y para ello, los Municipios en primer término están obligados a que aquella labor no decaiga y por el contrario, logre mayor esplendor posible.

A estos afectos me permito proponer cuanto sigue:

El Ayuntamiento de Palencia se dirigirá a todos los de la región castellano-leonesa, interesándoles que en sus presupuestos consignen la cantidad que estimen conveniente para subvencionar todos los años la Fiesta Regional de León y Castilla.

Anualmente se celebrará esta Fiesta, poniéndose previamente de acuerdo los Ayuntamientos de los antiguos reinos de León y Castilla para formar el oportuno programa.

A ella concurrirán cuantas representaciones estimen oportuno aportar los respectivos Ayuntamientos.

La organización de esa Fiesta, fecha de la misma, etc. Correrá a cargo de aquellos Ayuntamientos, quienes con tiempo oportuno se ocuparán de reunir cuantos datos sean necesarios, para que la Fiesta Regional revista y tenga toda la importancia que la misma merece.

No obstante, la Comisión resolverá lo que estime más oportuno.

domingo, 24 de febrero de 2019

Mauricio García Isidro

Por Mauricio García Isidro

(1891-Madrid, 1984) 

(El Adelanto, diario político de Salamanca, 19 de mayo de 1936, p. 1)

 
"Castilla y León, a estos efectos, es una sola región con idénticos problemas y exactas características y no existe nada que nos haga encerrar en el hermetismo de las tres provincias, León, Zamora y Salamanca. Puede extenderse la base del Estatuto a un territorio integrado por más, incluyendo a Santander, salida al mar de Castilla, donde se puede crear el puerto franco, que evite la tenebrosa actuación del homólogo barcelonés y nos dé la zona textil de Cabezón de la Sal, condenada a muerte en plena juventud, por la prepotente influencia catalana, cegadora de toda competencia peligrosa para su industria depauperada por el abandono y la crisis que tanto la ha hecho retroceder ...".

sábado, 23 de febrero de 2019

Bloque Regionalista Castellano

(Eco del Tormes (El Barco de Ávila), 13 de enero de 1918, p. 3)

El martes tuvo lugar en Arévalo el anunciado mitin, que las Juntas locales constituidas celebraron los elementos organizadores del Bloque Regionalista, atento a los intereses de la tierra y que tremola la bandera de la autonomía municipal, el mejoramiento de las haciendas locales, política agraria, ganadera e hidráulica, consecueción de vías de comunicación y fáciles transportes y aranceles beneficiosos para la agricultura.

Nos dicen de la vecina ciudad que todos los pueblos comarcanos se reciben noticias dando cuenta del gran entusiasmo reinante con motivo de este acontecimiento y en Arévalo todas las impresiones convienen en que el acto ha sido importante.

Los oradores muy aplaudidos y Basilio Álvarez el querido maestro de "El Parlamentario" recibido con entusiasmo y ovaciones.

jueves, 21 de febrero de 2019

Movimiento político

(El Liberal (León), 17 de julio de 1881, p. 2)

El Independiente Zamorano, ocupándose del manifiesto aprobado en las reuniones de la gran manifestación proteccionista del día 26 de junio, escribe las siguientes líneas:

"Por lo mucho que interesa a todos, y especialmente a las provincias de Castilla, insertamos a continuación el gran manifiesto que al país dirige el Fomento de la Producción Española.

Llamamos a la atención de nuestros lectores, y cuerpo electoral de la provincia, para que fijandose en el espíritu a que aquel obedece,
no sean sorprendidos incluso los derechos que les corresponden.

Ha llegado la hora de pensar y obrar seriemente sobre el porvenir de Castilla: si Cataluña necesita de la justa protección de su industria, Castilla no necesita menos para la suya, para sus granos y caldos, así que la unión se hace indispensable por la igualdad de intereses. Hoy estamos a tiempo de evitar males, y como mañana seria tarde preciso es que, los electores y las influencias del país se
preparen a la lucha con patriotismo y con el interés que cuestión tan vitual en sí mismo entraña".

Con razón dice nuestro colega la Gaceta de Cataluña:

"Ya no se bastará a El Liberal hablar de catalanismo.

El castellanismo entra en juego."

martes, 19 de febrero de 2019

Por Castilla y para Castilla

Por Gregorio Fernández Díez

(El Norte de Castilla, nº 33414, 1 de abril de 1932)

Años atrás, figuró mi modesta firma en estas columnas acogedoras y expansivas de EL NORTE DE CASTILLA; mas, ahora, al volver de nuevo a reemprender mi tarea, prometo una colaboración continuada en el propósito, ordenada en los temas, recta en la trayectoria, fija en la orientación, pertinaz y concreta en la tarea y en el deber de contribuir a explorar a Castilla, estudiándola, enalteciendo sus virtudes, exponiendo en blanda crítica los defectos de su raza, analizando valores, señalando sus derechos colectivos, defendiendo sus intereses morales y económicos regionales, tratando, en resumen, de infiltrar poco a poco, en el corazón reseco de sus hijos, el espíritu de estimación hacia esta tierra, que apacible o adusta, rica o pobre, tenemos los castellanos el deber de amarla porque al fin es nuestra bendita cuna. 

Pero, yo adelanto, que no soy literato, ni artista, ni historiador, bien que la literatura, el arte y la historia de Castilla me sean conocidas lo suficiente para enjuiciar su alta significación; y así, procuraré seguir otros derroteros menos trillados y más eficientes al decidido propósito que me anima, de expoliar la indiferencia, sacudir la pereza, desvanecer el pesimismo, fortalecer convencimientos, alumbrar ideas, despertar confianzas e infundir alientos a este pueblo castellano de mis cariños, que, como colectividad puede y debe proseguir su camino... 

¿Será esta la hora nueva de Castilla? Sin afirmarlo concretamente, séame permitido, si en verdad son estos momentos de revisión de valores, de enmendar errores, de zanjar diferencias, de saldar deudas, de rectificar orientaciones y en suma, de cancelar el pasado - séame permitido, repito - manifestar que, acaso, mejor oportunidad para reemprender la marcha, no se le depare nunca más. Así, como así, la voluntad nacional en digna y ejemplar conducta ha sellado el capítulo fatal y doloroso de la historia de nuestra decadencia, que empezara coincidentemente al terminar el primero de los Austrias con las libertades de Castilla, en los campos de Villalar en día en que por cierto, al decir de un gran tribuno, hasta el cielo lloró tanta desgracia. 

Castilla era entonces una nación gloriosa. Hoy no es sino una región humilde, menos pobre de lo que parece, pero al fin decaída; una tierra olvidada por sus propios hijos, menospreciada por extrañas gentes, desatendida por sus políticos, incomprendida por los que con afectada jactancia se apellidan a sí mismos intelectuales españoles, postergada por los gobiernos, antes como ahora, ayer y hoy lo mismo, bajo el yugo del viejo régimen que bajo el mandato del régimen novísimo. Y, sin embargo, esta bien amada tierra resiste todos los embates, como una añosa encina... Y subsiste gracias al sin igual esfuerzo de este buen labriego castellano que ara silencioso... Pero que no canta como pretendiera Gabriel y Galán. Y eso, eso, es lo que hay que intentar: que cante. Que cante el gañán, que cante el pueblo, en la aldea y en la ciudad, que cante nuestro pueblo, bajo la bóveda de este cielo azul y despejado de Castilla, puro y sereno como el alma de su raza tan generosa, tan limpia de ambiciones que por ello se entregó espontánea, autoexcluyéndose de toda ambición al intento creador de un algo grande y superior a sí misma: «España». 

¡Cantar, cantar! El canto es alegría siempre, como el canto de un orfeón es música, arte, solidaridad de sentimiento, armonía, actividad, cultura; el canto es en fin, optimismo y elevación espiritual. Y pueblo que eleve su espíritu, recobre su optimismo, que are y cante, hermanando el trabajo y la alegría, es pueblo que se salva, que se redime, que triunfa, que logra en resumen la significación propia y el respeto de los demás. Ahora bien, para que un pueblo tenga alegría y esté satisfecho de sí mismo tiene que tener «despensa», ¡tiene que tener repletas las trojes y llenas las cubas!, tiene que trabajar porque el trabajo engendra el bienestar, y para trabajar lo más práctico es esconder en el bargueño de la tradición familiar los viejos pergaminos por gloriosos que sean y mirar sin cobardía las realidades de la hora actual. 

No olvidemos el pasado y menos sus enseñanzas, mas intentemos enorgullecemos de nuestro presente al tiempo que sentarnos los cimientos de una Castilla mejor. De modo que digamos: basta de escalar los castros leoneses para contemplar desde ellos, la tierra llana y brava, teatro de jornadas históricas; basta de sumergirnos en la contemplación de los claustros de los monasterios esparcidos por todos los rincones de este país; basta de evocar esas rondas de castillos fronteros al padre Duero o que altivos se yerguen en las rojizas tierras segovianas. Y al doblar esas páginas de la historia reflexionemos y convengamos, en que, si la historia es la geografía del pasado, la geografía es la historia del presente y ésta nos dice con imperativa frialdad, que penetra hasta la propia médula y por contra agita el corazón: pueblo castellano, no eres potente ni siquiera fuerte porque has perdido tu propia estimación, porque inactivo no has extraído de las entrañas de la tierra la riqueza de tus minera les, ni sometido a tu arbitrio el agua de tus ríos convirtiéndola en energía, ni erigido chimeneas y decir chimeneas es decir fábricas, ni por último, administrado tu hacienda y tu casa. Lo que has hecho, por el contrario, es acabar con los rebaños celebérrimas de tus merinas; paralizar tus batanes, olvidando hasta las viejas industrias domésticas; lo que has hecho es arrasar tus bosques y destruyendo en lo material el heredado patrimonio destruir también en lo espiritual como consecuencia, la fe en tus propios destinos. Y como si eso fuera poco, en lugar de alentarte, Castilla mía, tienes que resignarte a que nadie te tienda la mano generosa y escuchar cómo el eco trae de la periferia una voz que dice: «No tendrás ferrocarriles ni te dejaremos asomarte al mar» y sufrir con entereza que ni en tu propio solar surja una voz autorizada y potente que llame a concejo a los intelectuales y políticos castellanos para decir a los unos: despertad a este pueblo y a los otros: defended intereses de esta región, exigiendo que los gobernantes escuchen los clamores de este país resignado y patriota y advirtiendo, a todos, que acaso Castilla necesite un Estatuto y una Asamblea. Mas todo esta es tan interesante, que bien vale la pena, lector, de que hagamos punto para continuar otro día.