Castilla, un resurgimiento material necesario

Por un castellanismo contra la Agenda 2030

"Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo" (T. A. Edison).

miércoles, 9 de mayo de 2018

El Valor de Castilla


Por Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña

(El Adelanto, diario político de Salamanca, 23 de marzo de 1929, p. 2)

Desde algún tiempo a esta parte, es notorio el movimiento literario 
en torno a las cuestiones castellanistas, en todos sus aspectos, pero muy especial en la parte referente al ensalzamiento de su historia y en lo tocante a marcar su camino político-económico haciendo una total revisión de valores positivos que pueden tener aplicación para su resurgimiento espiritual y material.

A este respecto, el libro cuyo título sirve de cabecera a estos renglones, es un alto monumento, en cuya cima campea como divisa, el 
noble empeño de descubrir en todas y cada una de sus partes los muchos y buenos veneros de riqueza atesorados en el seno de la ignorada Castilla, entendiendo como tal -lo decimos con palabras del autor -"desde su límite con Galicia hasta los de la misma Aragón; desde la frontera de Portugal en las tierras de Sayago hasta la ribera del Ebro, junto a Logroño y desde el Cantábrico en Santillana hasta Sierra Morena en Andalucía".

Consta este volumen de cerca de 600 páginas comprendidas en seis extensos capítulos, en que su autor, Gregorio Fernández Díez, una de las mentalidades más prestigiosas en estas lides y que ha conquistado un envidiable y justo renombre en la prensa periódica, pretende deshacer la infundada leyenda de la pobreza de Castilla, presentándonoslaa través de su libro, de pulcra y galana prosa, tal cual es; señalando sus defectos y reconociendo sus excelsitudes; enumerando los grandes recursos naturales de que dispone y señalando los medios para su industrialización; haciendo un detallado estudio de su riqueza y economía, más completa que la de muchas regiones españolas que disfrutan de vida más próspera; abogando por la unión de sus Diputaciones para la defensa de sus intereses comunes y imposición de su voluntad, en caso de extrema necesidad, frente a los entorpecedores de su progreso económico e industrial, que en estos últimos años ha experimentado un notable desarrollo, como demuestra con elocuentes cifras, muy especialmente el florecimiento de la industria electro-harinera y azucarera en todos los órdenes fabriles y de transporte; señalando la repoblación de sus bosques y el resurgir de su ganadería que, con sus industrias derivadas, pueden ser las más sólidas bases de un futuro próspero, que ha de llegar en no lejano día, aún teniendo en cuenta el factor 
geográfico, la indiferencia de sus hombres y la lejanía del mar de 15 de sus 16 provincias; señalando como factores que han de obrar 
decisivamente en la metamorfosis de Castilla el aprovechamiento de sus aguas para riegos de sus grandes recursos hidráulicos; el tendido de caminos de hierro que han de acercarla a la costa y a las demás regiones y la rectificación de su clima por medio de la repoblación forestal y la gran riqueza que supondría la replantación de su viñedo y el cultivo de remolacha azucarera; enumerando los muchos y ricos yacimientos minerales que posee y que habrán de ser otra base de su prosperidad el día en que se abran a la explotación, y señalando las normas para el desarrollo industrial de sus ciudades; abogando por un mayor desarrollo de la banca castellana, que había de ser sólida ayuda para la conquista de la hegemonía económica; censurando el gran olvido de que ha sido objeto la sufrida Castilla por parte de los poderes que no han protegido sus 
obras, ni su industria, ni han hecho nada beneficioso para ella, que, así y todo, ha adelantado notablemente por el camino del progreso haciendo ver que su valor máximo no está sólo en el glorioso pasado, ni en el presente, sino en un próximo futuro.

Muchos de los proyectos trazados o augurados por Gregorio Fernández
Díez en la época de la publicación de su libro -1926- han empezado
a ser tangibles realidades y otras van camino de serlo, lo que 
demuestra de un modo palmario los vastos conocimientos y sólida 
preparación con que ha estudiado los problemas que afectan a la madre Castilla, cuna ahora de las más gloriosas libertades, y hoy calumniada por los desconocedores de su inmenso valor o por los que tienen marcado interés en pregonar su pobreza y su atraso, con fines lucrativos e innobles.

Grandes y merecidos, por todos conceptos, han sido los elogios 
tributados a este libro, en el que ha puesto Fernández Díez prueba
indeleble de su amor a la tierra castellana, que ha sido aplaudido 
sin reservas por valores tan destacados como don Víctor Pradera, que 
desde las columnas de "ABC" le desdicó un cumplido elogio; por el 
agustino P. Bruno Ibeas, que se ocupó de él desde la tribuna del
Ateneo Burgalés, y por otras muchas autoridades y periódicos, entre
los que hemos de citar uno de tan marcada orientación catalanista como la "Veu de Cataluña", que reconoció el gran valor del libro y los indiscutibles méritos de su autor.

En suma, "El Valor de Castilla" es un libro de indiscutible utilidad, que marca caminos rectos que de seguirles, conducirían a Castilla a un reinado de prosperidad y adelanto, y que debe ser conocido y figurar en la biblioteca de cuantos se preocupen de Castilla y se precien de castellanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario